"Entrando en el Camino Medio" 

de Chandrakirti

Chandrakirti (ca.600-650).


    Es un honor y un placer poder anunciaros que a partir del próximo 21 de septiembre 2021 vamos a comenzar un nuevo ciclo de cursos del precioso Dharma, y en esta ocasión será sobre el texto “Entrando en el Camino Medio (Madhyamika avatara)” de Chandrakirti.


    Nuestro propósito para continuar con este curso del precioso Dharma es para despertar la luz de la sabiduría y disipar el oscurecimiento de la ignorancia, para así crear armonía en la sociedad. Desde luego es cierto que todos queremos ser felices y que todos deseamos ser felices para siempre. La felicidad es nuestro derecho innato, todos tenemos la facultad para alcanzar la felicidad y, a pesar de que vivimos en un mundo agitado, interesado y paradójico, merecemos ser felices y ser amados siempre. 


    Sin embargo, a la hora de definir la felicidad es donde puede haber controversia, ya que para unos la felicidad depende de factores externos, tales como tener posesiones, pasar el día comprando por internet, realizar viajes de ocio, pasar tiempo con la familia, encontrar la pareja ideal que complazca todos los deseos compulsivos, o ser famoso y tener poder. En cambio, otros dicen que la felicidad depende del bienestar, de adquirir nuevos conocimientos, de realizar labores sociales, de entregar la propia voluntad a un ser divino y apaciguar la mente. 

    

    De todos modos, todas estas discrepancias tienen su causa en que cada cual «arrima el ascua a su sardina», como dice una conocida frase que se suele utilizar para denunciar cuando alguien actúa con egoísmo en unas determinadas circunstancias.


    Todos esos factores externos «nos traen al retortero» a los seres samsáricos, haciéndonos vagar sin sosiego de aquí para allá, y teniéndonos engañados con falsas promesas.

    Cuando uno alcanza a tener todas estas diversiones, imagina que ha podido alcanzar la eudaimonía de la vida. Por supuesto que todos estos fenómenos nos sirven como si fueran un suplemento de la vida humana, sin embargo, por muchas diversiones materiales que tengamos, no podemos tener garantizada la paz perpetua y tampoco podemos asegurarnos de que dichas diversiones alcancen a conectarnos con nuestro estado de satisfacción, ni a poder apaciguar las perturbaciones mentales. No obstante, su aportación está directamente vinculada con las conciencias sensoriales y solo son capaces de producir placeres sensoriales, además su naturaleza es variable, controvertible y falible. 


    Para poder conectar directamente con la auténtica felicidad debemos unir la práctica del método con la de la sabiduría. Eso quiere decir que hay que proseguir la trayectoria, que hay que tonificar el corazón y desintoxicar la mente, además, para poder indagar en esa senda, uno debe cultivar una mente ecuánime, compasiva, además de transcender todas las condiciones de una mente religiosa y una mente científica, porque una mente religiosa es como si fuera una mente analógica porque es muy fiel, unipuntualizada, devota, obediente, ostentosa y romántica, igual que un reloj analógico clásico de Omega.  

    Una mente científica, es como si fuera una mente digital porque es analítica, crítica, inteligente, inquieta, insaciable, rebelde y multifuncional, igual que un Smartphone, llena de aplicaciones, aunque la mayoría sean innecesarias.  

    

    La mente budista es como si fuera la mente de un principiante o de un niño, porque su mente está libre de preconceptos, además sostiene una mente pura, luminosa y espaciosa debido a su idiosincrasia, ella tiene muchas posibilidades, sin embargo una mente de un experto no tiene tantas posibilidades porque su mente se encuentra saturada. 

    La ventaja de amparar una mente libre de perturbaciones, de los preconceptos, es que siempre nos encontramos con una buena disposición para aceptar nuestros errores y estar dispuesto a ejecutar las trayectorias que nos conducen a la iluminación, además estaremos abiertos a todo, sin rigidez.


    En el budismo, la definición de la felicidad hace referencia a cuando uno percibe la verdadera naturaleza de la existencia, sin ser modificada por los pensamientos exagerados que le superponemos, y siempre que eres capaz de mantenerte sin perder la paz mental ante las diversas situaciones y los altibajos de la vida, superando el ciclo vicioso de autoflagelación, automartirió, aceptando las cosas tal cual son, ser felices con lo que puedes obtener ahora y sin perder el tiempo con lo que puedas conseguir en el futuro. 


    Como dijo Nagaryuna:

“En esto no hay nada que descartar, ni nada que agregar. La realidad en sí misma es vista de manera perfecta, y cuando esto sucede, sobreviene la liberación completa.”


La felicidad genuina deriva de un estado mental insólitamente luminoso, amoroso y saludable. 


    Como dijo Nagaryuna:

“Una mente feliz es calma en sí. Una mente calma no está confusa. Sin confusión, comprendemos el ser en sí. Al comprender el ser en sí, alcanzamos la liberación.”


    El requisito para alcanzar la auténtica felicidad es más bien, mediante un entrenamiento mental cauteloso que purgue a la mente de emociones conflictivas tales como el odio, el deseo compulsivo, la arrogancia y la inseguridad etc., y sobre todo, mediante la erradicación de la ignorancia. Es de vital importancia liberarnos de esos factores mentales, porque si no emponzoñan la mente (espíritu) de manera literal.


    En este contexto somos muy afortunados ya que hemos llegado a ser unos herederos de la preciosa enseñanza de Buda Sakyamuni.


    Como dijo Lama Tsongkapa en su libro Elogio de la originación dependiente:

“No obstante, antes de que el curso de esta vida fluyendo hacia la muerte finalice, el que haya encontrado fe en tí – Creo que, al menos, ese es afortunado. 


“Tú que hablas de manera excelente al ver las cosas como son, 

Para aquellos que se forman siguiendo tus pasos, 

Toda degeneración resultará remota al deshacerse la raíz de todos los fallos.

Todo lo que tú has enseñado procede de la originación dependiente; también esto se hace por el beneficio de Nirvana; No hay ninguna acción tuya que no traiga paz. 

¡Ay! Tu enseñanza es tal que quienquiera que la oiga, obtiene paz; entonces, ¿quién no se sentiría honrado al preservar tus enseñanzas?” 


    Nuestro propósito de estudiar el budismo es el autoconocimiento, el propósito de conocerse a sí mismo es para saber que uno mismo no existe; entonces podemos preguntarnos ¿somos inexistentes? la respuesta sería no, porque somos existentes; y además existimos de manera interdependiente, por eso para que nuestra existencia sea significativa y constructiva es sumamente importante cultivar la compasión y la sabiduría. 

    600 años antes de Cristo, nuestro amado maestro, Buda Sidharta Gautama, nos dejó un precioso regalo en la mano de los maestros del linaje mediante los tres Giros de la Rueda del Dharma. 


    El primer Giro de la Rueda del Dharma: 

En el Parque de los Ciervos, de Sarnath, enunció las Cuatro Nobles Verdades. 

    

    El segundo Giro de la Rueda del Dharma:

En el Monte del Pico del Buitre, cerca de Rajagriha (Asiento real), en el estado de Bihar, Buda enunció los Sutras de la Perfección de la Sabiduría o Prajnaparamita

    

    El tercer Giro de la Rueda del Dharma:

En Vesaliy, en otros sitios, Buda enunció La Esencia del Tathagata (Thatagatagarbha) o Doctrina de la buena discriminación. 

Sobre todo en el segundo giro Él expuso directa e indirectamente el modo de alcanzar la budeidad. 


    Pocos siglos después de la muerte de Buda Sakyamuni, en el siglo II de la era cristiana, el maestro del linaje Nagaryuna nos dejó también otros preciosos regalos: los comentarios a los Sutras de la Perfección de la Sabiduría; estos son los seis tratados de Nagaryuna:

• La Sabiduría Fundamental (Mūlamadhyamaka-kārikā). 

• Las Sesenta Estrofas sobre Lógica (Yuktiṣāṣṭika). 

• Abandono la discusión (Vigrahavyāvartanī). 

• Las Setenta Estrofas sobre Vacuidad (Śūnyatāsaptati).

• Pulverización de las Categorías (Vaidalyaprakaraṇa).

• El rosario de Joyas (Ratnāvalī). Consejos para un rey. 


    Dentro de las seis obras maestras de Nagaryuna, La Sabiduría Fundamental es la obra más importante porque, principalmente, expone el modo de despertar a la luz de la sabiduría, y de erradicar el oscurecimiento de la ignorancia.


    Pocos siglos después de la muerte del maestro del linaje, Nagaryuna, vino otro maestro de linaje que se llamaba Chandrakirti (ca.600-650). Este también nos dejo otro regalo precioso que comenta directamente la enseñanza de “La Sabiduría Fundamental” de Nagaryuna. (Madhyamakavatar. Sns. Umayugpa. Tib. Entrando en el Camino Medio. Esp) 

    Este maestro no fue popular solo por su erudición, sino que también lo fue por el poder de sus logros (sidis). La última parte de su obra “Entrando al camino medio” dice: 

“Aquí termina la Introducción al Camino Medio. El dilucidador del profundo y vasto sistema Madhyamika fue Acharya Chandrakirti, alguien inmerso en la práctica del vehículo supremo, de sabiduría y compasión inalienables, y que ordeñó una pintura de una vaca para refutar el aferramiento a la existencia verdadera.” 


    Era un contexto verosímil cuando él estaba de rector en la renombrada universidad budista. En aquella época hubo una sequía y murieron las vacas del pueblo, por lo que no se encontraba leche de vaca para alimentar a los estudiantes de la universidad; sin embargo, debido al poder de sus logros, él dibujó una vaca lechera en la pared de la cocina comunitaria y empezó a ordeñarla, de esa manera alimentó y pudo salvar la vida de miles estudiantes. 

    

Su propósito de componer esta obra tan maravillosa fue impulsado por la compasión genuina. Como él mismo dijo en el Madhyamakavatara: 

    “Que el mérito de haber descrito el buen método de Nagaryuna abarque los límites del espacio, que esta estrella otoñal ilumine el oscuro cielo mental de las emociones nocivas, y que, con este logro semejante a la joya del capuz de una cobra, todos los mundanos comprendan el ser en sí y lleguen pronto al estado del Sugata.”


    El Sublime Lama Tsongkapa expuso otro comentario acerca de este verso en su obra “Iluminando la intención”: una exposición de Candrakirti“entrando en el Camino Medio”

    Que el inmenso mérito de hablar con gran claridad, fundamentada en las escrituras y el razonamiento, sobre la excelsa tradición del maestro Nagaryuna – mérito que ocupa todo el espacio hasta sus más lejanos confines – pueda brillar con la claridad de las estrellas de otoño en medio de un cielo de la mente que se ha vuelto de color añil u oscurecido por las innumerables aflicciones.


    Que mediante la fuerza de la mente del autor, tras haber obtenido méritos como los de una gema que brilla en la cabeza de una serpiente, puedan todos los seres sensibles en el mundo entero comprender la vacuidad tal como es y puedan viajar velozmente hacia la tierra del Sugata, conocida como la Luz Constante.


    La traducción de Naktso [la primera línea del verso] dice, “Por el mérito obtenido por comentar el precioso sistema de Nagaryuna cuyo reconocimiento se extiende por todas las direcciones…”


    Yo también os deseo que, mediante el estudio, reflexión y la meditación del Madhyamakavatara, se cumpla sobre vosotros, lo antes posible, esta dedicación de Chandrakirti.


Breve biografia de Chadrakriti

Fuente:https://es.wikipedia.org/wiki/Chandrakirti


    Chandrakirti (ca.600-650) filósofo indio y abad de Nalanda. Continuador del pensamiento del sabio budista Nagaryuna y autor de comentarios sobre la obra de este y de su principal discípulo, Aryadeva. Fue el autor principal de la subescuela Prasanguica de la tradición filosófica Madyamica.

    Nació en Samata, en el sur de la India, durante el reinado de Sila. Se ordenó monje y aprendió en su región natal los fundamentos del budismo antes de dirigirse a la Universidad de Nalanda donde estudió las obras de Nagarjuna. Reconocido por su erudición, fue nombrado rector. 

    Era partidario del método de debate por reducción al absurdo iniciado por Budapalita. Fue contemporáneo del gramático sánscrito Chandragomin, con el que sostuvo un debate que duró siete años.

    El testimonio primario sobre su obra lo constituyen listados de los trabajos que se le atribuyen, compilados por eruditos indios y tibetanos posteriores a su tiempo.

    Sus obras más conocida son el comentario sobre el Mūlamadhyamakakārikā de Nagarjuna, titulado Prasannapadā, (sánscrito: palabras claras) y el Madhyamakāvatāra (Introducción a la Vía Media, o Guía del Camino Medio), que suplementa el texto anterior.

    En sus escritos Candrakīrti defendió a Buddhapālita contra Bavaviveka, criticando el uso del silogismo autónomo por este último. También refutó posiciones de escuelas budistas anteriores, como la Vijñānavāda o Idealista. Además de los tratados filosóficos y temas conexos, se le acredita la composición de varios tratados tántricos, aunque estudiosos occidentales prefieren atribuirlos a un homónimo posterior. 

    Aunque hubo otros comentarios anteriores que explicaban a Nagarjuna, el de Chandrakirti, único que se conservó en el sánscrito original, fue el que adquirió mayor autoridad. El Madyamakavatara es utilizado en la actualidad como texto principal para el estudio del concepto del sunyata (sánscr. vacuidad) y la filosofía Madyamica por la mayoría de los colegios monásticos tibetanos.